Los secretos de los jardines botánicos

Tres jardines, una filosofía común

Gossypium barbadense – Algodonero

Yucca carnerosana

En Antibes, en el interior de la Villa del Jardín Botánico Thuret, hay una exposición permanente en honor del creador del jardín, Gustave Thuret, de sus colaboradores y de las redes que se establecieron en el siglo XIX. Ésta incluye la relación privilegiada con los hermanos Hanbury y permite presentar el nacimiento y desarrollo de la horticultura ornamental en la Costa Azul.

En Menton, en el Jardín Botánico de Val Rhameh, hay un Museo de Ciencias Naturales gestionado por el Ministerio de Educación Nacional.

En los tres jardines hay herbarios, talleres de conservación de semillas y un banco de germoplasma. Como en el pasado, existe un intercambio gratuito de semillas entre jardines botánicos de todo el mundo, universidades e institutos de investigación científica en el campo de la botánica y la aclimatación a las condiciones mediterráneas.

Por ejemplo, en Antibes, el Jardín Botánico de Villa Thuret alberga el INRAE (Institut National de Recherche pour l’Agriculture, l’Alimentation et l’Environnement), primer laboratorio privado de investigación francés creado en 1857 y lugar de aclimatación de especies exóticas.

Como testimonio de esta red histórica, aún se pueden admirar plantas cultivadas a partir de semillas procedentes de otros jardines, como el ejemplar de Yucca carnerosana del Jardín Botánico de Hanbury, que procede de un lote de semillas recibido en 1900 por el profesor William Trealase de San Luis, quien describió la especie, originaria de México y que sólo florece cada cinco o seis años.

También en el Jardín Botánico de Hanbury se puede encontrar Acer oblongum (originario de China e India), obtenido a partir de semillas recibidas por Monsieur Gustave Thuret de Antibes en enero de 1870; pero también muchos eucaliptos o Leptospermum laevigatum o incluso la centenaria Rosa La Folette.

Como dijo Thomas Hanbury: «Nunca vayas contra la Naturaleza».

Durante su visita a los tres jardines (Hanbury, Val Rhameh y Villa Thuret) podrá disfrutar de la naturaleza genuina del lugar. Se aplica una gestión ecorresponsable:

  • Sólo se realizan las podas imprescindibles y se dejan las partes secas a las plantas, que, aunque algunos consideran poco atractivas, sirven para protegerlas del calor, la intemperie y las plagas y les permiten completar su ciclo reproductivo;
  • los frutos se dejan madurar en las plantas para poder recoger las semillas e intercambiarlas con otros jardines botánicos;
  • Sólo se riega lo imprescindible para preservar los recursos hídricos y evitar mantener las plantas artificialmente activas; por ello, se prefiere la aclimatación de las plantas exóticas, adaptándolas gradualmente a vivir en nuestras condiciones ambientales;
  • Se dejan partes del terreno sin segar para favorecer el aumento de la biodiversidad y proteger el suelo de la erosión;
  • Se vigilan las especies invasoras y se aplican métodos de control biológico e integrado de plagas (uso de insectos e invertebrados que depredan o parasitan plagas, uso de productos a base de cepas específicas del hongo entomopatógeno Beuveria bassiana para la defensa de palmeras y agaves, uso de trampas de feromonas para atraer a los machos de especies plaga como el «minador de los cítricos», una mariposa asiática que se alimenta de las hojas de los cítricos);
  • Se utiliza el acolchado (con materiales orgánicos producidos en como compost, corteza, paja y madera inorgánica triturada) para reducir la pérdida de suelo y ahorrar agua (reducción del 70% de la pérdida de agua por evaporación);
  • se utilizan energías renovables y depósitos de agua, al menos en parte.

Así que venga a visitar estos parajes de naturaleza virgen, se descubrirá en una agradable inmersión forestal entre lo mediterráneo y lo tropical.